El espíritu de la colmena
Ocurrió en un pueblo castellano a mediados de los años cuarenta, es
decir, en plena postguerra. Un domingo, Isabel y Ana, dos hermanas de
ocho y seis años respectivamente, vieron la película “El Doctor
Frankenstein”. A la pequeña le causó tal impresión que no dejaba de
hacer preguntas sobre el monstruo a su hermana mayor. Cierto día, la
familia se dio cuenta de que Ana había desaparecido de la casa. Y
mientras todo el pueblo la buscaba, ella consiguió ver a Frankenstein
reflejado en las aguas del río por la luz de la luna. Y desde entonces
lo sigue invocando.
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